La salud mental durante la adolescencia
El cerebro adolescente se desarrolla, al menos, hasta los 25 años. La mayoría de los trastornos de salud mental se manifiestan antes de los 24 años. La detección precoz de alteraciones emocionales, conductuales y de relación social en esta importantísima fase de cambios, es fundamental para la prevención de futuras patologías, y el desarrollo de una personalidad sana y adaptativa. A continuación, analizaremos algunas de las cuestiones específicas que afectan hoy en día a la adolescencia, tales como el abuso de sustancias, ansiedad y depresión, TDAH, psicosis y esquizofrenia y la conducta suicida.
Redes sociales
Los adolescentes y adultos jóvenes, de entre 16 a 24 años son los usuarios más activos de las redes sociales. Si bien la participación en estos nuevos entornos sociales puede beneficiar a algunas personas disminuyendo sus conductas de aislamiento, el abuso indiscriminado puede tener un impacto negativo en nuestros jóvenes, derivando paradójicamente en una reducción de la actividad social con el consecuente incremento de problemas de salud mental como la ansiedad y/o depresión.
La demanda constante de atención por parte de la red interfiere de manera perjudicial incluso en los procesos más básicos de alimentación y descanso. La falta de sueño y el estado de alerta continuado afectan negativamente en el estado de ánimo, la capacidad de pensar y aprender, de reaccionar, de regular las emociones y de relacionarse adecuadamente con el entorno.
Es posible aceptar el cambio en nuestro estilo de vida en esta era tecnológica, pero admitir de forma consensuada conductas de abuso por parte de niños y adolescentes, es algo inadmisible que lamentablemente está ocurriendo en muchos de nuestros hogares.
Ansiedad y depresión
En un reciente informe emitido por el Child Mind Institute se alerta que entre la población estadounidense se están duplicando los porcentajes de adolescentes diagnosticados con trastornos del ánimo en la franja de edad entre los 13 y los 18, pasando de 8,4% de la población a un 15,4%. Los trastornos de ansiedad van a la cabeza del ranking, variando su manifestación clínica en función de la edad de aparición. Las fobias y ansiedad de separación junto con los problemas de vinculación afectiva afectaran principalmente a los más pequeños, mientras que la ansiedad social se desarrolla más tarde, a medida que la relación con el grupo de iguales va cobrando mayor protagonismo.
Trastornos psicóticos y esquizofrenia
“100.000 jóvenes cada año experimentan un primer episodio de psicosis, con inicio entre los 15 y los 25 años de edad.“
Algunos de estos episodios serán fruto de un fuerte estrés continuado, otros serán la consecuencia de un consumo puntual o reiterado de sustancias psicoactivas. Con la intervención adecuada puede que no vuelvan a suceder. Desgraciadamente algunos de esos primeros brotes psicóticos serán el principio de manifestación de patologías tan graves como la esquizofrenia o el trastorno bipolar. En estos casos, el adolescente tendrá que aprender a convivir con su enfermedad y a manejar sus síntomas, con el apoyo de su entorno y la imprescindible intervención de un equipo multidisciplinar.
Suicidio y autolesiones
“En Estados Unidos 5.000 adolescentes mueren por suicidio cada año.”
El suicidio todavía es a día de hoy un tema tabú en nuestra sociedad. Se niega, se oculta y se barre debajo de la alfombra, por parte de las instituciones encargadas de preservar la salud y el bienestar de nuestros niños y adolescentes. Probablemente si se reconociera muchos poderes tendrían que asumir una responsabilidad que ni manejan ni entienden. Son los entornos familiares, escolares y sociales quienes han de estar atentos a los signos de alerta de la conducta suicida y ofrecer una ayuda asistencial de calidad.
Firmado:
Pilar Samper