No podemos dejar de lado el papel que cumple la alimentación en nuestra vida personal y social. El placer que sentimos al comer muestra el bienestar más elemental. Sin embargo, existen personas que sufren una alteración en la deglución, es decir, presentan una dificultad para que el bolo alimenticio pase de la boca al esófago. Esto puede acarrear consecuencias adversas tales como fatigabilidad, trastornos circulatorios debidos a malnutrición y, la más grave de todas, la inseguridad ligada al riesgo de falsas vías respiratorias, con todas las complicaciones que de ello se derivan. Conlleva una labor importante y compleja por parte del logopeda, el cual, mediante diversas técnicas intenta lograr ese equilibrio entre seguridad y placer.
El papel del logopeda.
La intervención desde el punto de vista logopédica conlleva una labor importante y compleja. El logopeda, mediante diversas técnicas, intenta lograr ese equilibrio entre seguridad y placer. Existen diferentes tipos de disfagia, pero la única en la que el logopeda puede intervenir, es en la disfagia orofaringea. En este tipo de disfagia se ven alteradas, principalmente, las fases oral y faríngea de la deglución. La fase oral se encarga de preparar el bolo y transportarlo y la fase faríngea, que es la más importante y su duración es de apenas un segundo, hace que el bolo pase al esófago.
Como paso preliminar al tratamiento de la disfagia y después de las exploraciones clínicas y paraclínicas, se han de plantear una serie de cuestiones.
- La primera de ellas, es el modo de alimentación del paciente. Si el paciente es incapaz de alimentarse vía oral, se ha de valorar la colocación de una sonda nasogástrica (SNG) o la realización de una gastrostomía o una yeyunostomía. La indicación de la ausencia de alimentación por vía oral ocurre sólo en casos muy graves. Para concluir cual es el tipo de alimento más fácil para realizar una deglución segura (se hace mediante un exámen videofluroscópio), se pide al nutricionista la elaboración de un menú con las orientaciones de cómo deben prepararse los alimentos (densidad, cantidad, etc.). Estos cuidados son importantes para ayudar a mantener controlado el riesgo de aspiraciones, además de proporcionar a la familia la seguridad de que el paciente recibe las cantidades de alimentos necesarias para mantenerle en condiciones nutricionales favorables. La otra cuestión a plantearse es la necesidad de adaptaciones para llevar a cabo el proceso de forma más eficaz. Estas adaptaciones permiten, en algunos casos, una mejora considerable de las capacidades de un paciente para alimentarse.
- Además de tener que adecuar el tipo de alimento, su densidad, la cantidad suministrada en cada toma, el tiempo necesario para las degluciones efectivas, y los utensilios para suministrar los alimentos, en algunos pacientes se debe trabajar: la sensibilidad y el tono muscular, la estimulación del reflejo de la deglución y el entrenamiento en higiene oral. Las maniobras posturales utilizadas para facilitar la deglución deben haber verificado su eficacia a través de la videofluoroscopia, para asegurar la inexistencia de penetraciones o aspiraciones silenciosas. Las más utilizadas son: cabeza hacia abajo, cabeza hacia atrás, cabeza inclinada hacia el lado dañado, cabeza inclinada hacia el lado bueno. En cuanto a la estimulación de la deglución, además de las técnicas de estimulación térmica y táctil, de la realización de succión antes de la deglución y de la introducción de la cuchara con presión sobre la lengua, existen maniobras facilitadoras como: deglución con fuerza, deglución supraglótica, deglución supersupraglótica, maniobra de Mendelshon, lengua entre los dientes.
Se trata de un trastorno complejo en el que, como ya se ha dicho anteriormente, se ve afectado algo tan importante como es la alimentación, tanto socialmente, como por la satisfacción y placer que proporciona. El paciente requiere de muchos profesionales a su lado para que su vida y bienestar estén asegurados, entre todos ellos el papel del logopeda es fundamental. Además de la asesoría y entrenamiento que se les concede a los pacientes, se debe de tener en cuenta que la “rehabilitación” de los pacientes con graves daños neurológicos, muchas veces significa “adaptación” y no “retorno a los patrones normales”.