La sordera es una deficiencia originada por la pérdida o anormalidad del sistema auditivo teniendo como consecuencia inmediata la discapacidad para oír, lo que puede implicar un déficit en el acceso al lenguaje oral, así como graves repercusiones en el desarrollo intelectual, académico y social de la persona que la padece. Actividades tan cotidianas como el uso del teléfono o escuchar música mediante un aparato reproductor, pueden resultar muy difíciles para algunas personas con deficiencias auditivas.

Hipoacusia infantil.

La hipoacusia infantil es un importante problema de salud por las repercusiones que tiene en el desarrollo emocional, académico y social del niño y que afecta a cinco de cada mil niños en el momento de su nacimiento. Las modernas técnicas de detección precoz permiten diagnosticar muy pronto este defecto y dan la posibilidad de facilitar una estimulación temprana al niño, haciendo que éste pueda llegar a oír, acceder al lenguaje oral y llegar a un desarrollo psicofísico completo. En este punto es importante la labor que realiza el logopeda, potenciando la comunicación de forma progresiva desde las primeras etapas de vida hasta alcanzar una competencia comunicativa eficaz.

Importancia del diagnóstico precoz.

El 80% de las sorderas infantiles están ya presentes en el momento del nacimiento, por esto, lo más importante es detectarlas precozmente para poder empezar cuanto antes la intervención terapéutica que necesitan. Se ha comprobado que sin la existencia de un programa específico de detección precoz de la sordera en neonatos, el diagnóstico de ésta se suele realizar sobre los tres años, edad en la que ya se ha perdido un tiempo valioso para la estimulación del lenguaje en las mejores condiciones posibles. Ante esta situación y dados los avances en las técnicas de screening, en el año 2003 se aprobó el Plan Nacional de Detección Precoz de la Hipoacusia en España. Este plan considera imprescindible que todas las Comunidades Autónomas estén dotadas de un programa de detección dirigido a los neonatos, el cual se basa en la realización de unas pruebas sencillas, inocuas y eficaces (OEA -Otoemisiones Acústicas- y PEATC -Potenciales Evocados del Tronco Cerebral-). Actualmente los hospitales cuentan con dicho programa.

Cuando un niño es diagnosticado empieza su tratamiento específico e individual. Hay diversos tipos de audífonos (prótesis externas que captan mediante un micrófono los sonidos, procesándolos y amplificándolos) o implantes cocleares (prótesis con una parte interna y otra externa que se usan en casos de sordera severa donde el audífono no responde o cuando es causada por lesiones en el oído interno). La adaptación del niño a estas prótesis y su funcionalidad se verá reflejada en su progreso en el lenguaje, y es aquí donde cobra importancia la labor del equipo multidisciplinar (otorrinolaringólogos, logopedas, psicólogos, audioprotesistas, pediatras, etc.) y por supuesto, la familia, que será la que trabaje con el niño diariamente.

Intervención logopédica en niños.

La intervención logopédica en niños deficientes auditivos de cero a tres años de edad se basa en la estimulación auditiva y del lenguaje. Para ello el programa incluye:

  1. La estimulación auditiva, la cual tiene como objetivo poner al niño sordo en contacto con el mundo sonoro, lograr las primeras respuestas condicionadas al sonido y optimizar el uso de las prótesis o del implante coclear.
  2. El desarrollo de la comunicación y del lenguaje, donde el objetivo se basará en potenciar la comunicación de forma progresiva desde las primeras etapas hasta conseguir una competencia comunicativa adecuada a su nivel. Se tendrán en cuenta los aspectos fonético-fonológico, lexicosemántico, morfosintáctico y pragmático.
  3. El desarrollo de las habilidades básicas como la atención, percepción y memoria entre otros; es decir, se trabajarán aspectos perceptivocognitivos los cuales son necesarios para la adquisición del lenguaje.
  4. También se tendrán en cuenta las áreas motoras y sociales para el óptimo desarrollo del niño.

Con los niños que ya superan los tres años, es decir, que ya están escolarizados en centros escolares ordinarios, la intervención logopédica individual abarca dos componentes diferentes.

  1. Uno englobaría los componentes básicos para la inteligibilidad del habla: la estimulación auditiva, el tratamiento de la voz (ritmo, entonación, melodía) y la articulación (fonética-fonológica).
  2. El otro correspondería con la comprensión y expresión oral/escrita (morofosintáxis, semántica y pragmática).

Ambos son imprescindibles para desarrollar la comunicación, sin olvidar las estrategias que favorecen la adquisición de la lectoescritura. En esta etapa es fundamental trabajar con el docente que lleva al niño, tener en cuenta el grupo o clase en el que el niño esta, así como darle pautas al personal no docente que está en contacto con el niño.

Intervención logopédica en adultos.

Por último, la intervención logopédica no solo abarca las sorderas infantiles, también son muchos los adultos que necesitan de prótesis o incluso del uso de implantes cocleares debido a diferentes razones. En estos casos la intervención logopédica es necesaria para poder dar mejor calidad de vida. Por ejemplo, con pacientes que son implantados y, sonidos que antes reconocían ahora ya no son capaces de reconocer porque dicen que suenan diferentes (la voz humana les suena más mecánica, reconocer un timbre, etc.), enseñarles a utilizar estrategias que compensen su déficit auditivo como por ejemplo lectura labiofacial…

Padecer una sordera es algo que te va a acompañar toda la vida pero gracias al trabajo constante y a una intervención logopédica efectiva se pueden evitar muchos problemas futuros. La calidad de vida del paciente mejora de forma asombrosa, del mismo modo que la de las personas que están a su alrededor.

Tipos de hipoacusia.

  • Según grado de pérdida: hipoacusia leve, moderada, severa y profunda.
  • Según la edad: hipoacusia prelocutiva, perilocutiva, postlocutiva.
  • Según localización de la lesión: hipoacusia de transmisión, de percepción, mixta y central.

 

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