Qué es una adicción.

La clave de la adicción es una necesidad o dependencia obsesiva y compulsiva hacia una sustancia, un objeto, una relación, una actividad o una cosa; es “necesitar algo para algo”. Esto explica que una persona pueda ser adicta no sólo a una sustancia potencialmente «adictiva», como lo son las drogas (legales o ilegales) y determinados fármacos; sino también, a un juego, al móvil, al sexo, a la comida, a una relación amorosa…

Las conductas adictivas se caracterizan por la capacidad que tienen para producir gratificación inmediata o alivio de algún malestar.

La adicción por definición implica pérdida de libertad, es una tendencia imperiosa de la persona, que pierde su capacidad de dominio en relación a algo.

Hay seis indicadores claros de una adicción.

  • Un objeto de deseo. Éste es la sustancia, cosa, actividad o relación que conduce a la adicción, sea comida, sexo, juego, drogas, o cualquier otra cosa que provoque “necesidad” o impulso irrefrenable llegado el momento.
  • Preocupación. Existe una obsesión con el objeto de deseo, una sensación de necesidad imperiosa de la “cosa” de la que somos adictos.
  • Comportamientos guiados. Existe una compulsión por reducir la ansiedad y satisfacer la obsesión que provoca el comportamiento adictivo.
  • Falta de control. La adicción siempre implica una pérdida de control sobre los pensamientos, sentimientos, ideas o comportamientos cuando aparece la cosa deseada. Incluso cuando un adicto intenta detener o cortar sus comportamientos adictivos, falla en el intento. Esta es la característica central de la adicción y la dependencia.
  • Dependencia. Hay una dependencia respecto al objeto del deseo, física o psicológica, y sólo esa cosa puede satisfacer el deseo del adicto (al menos temporalmente).
  • Consecuencias negativas. La adicción siempre va acompañada de consecuencias negativas para la persona o su entorno. Pueden ser consecuencias a nivel personal, físico, social, laboral, económico y familiar.

Evolución de la adicción.

Las adicciones se inician como conductas placenteras, pero posteriormente, en un plazo variable para cada una de ellas, esclavizan al sujeto, que se siente obligado a repetirlas, a pesar del malestar que le están ocasionando.

La persona adicta tarda en darse cuenta de que tiene un problema y para cuando empieza a asumirlo, se encuentra con serias dificultades para librarse de él. La negación, el autoengaño y las distorsiones del pensamiento típicas de la adicción, conforman un sistema bien nutrido que atrapa al adicto en un círculo de deterioro progresivo.

La terapia psicológica brinda una ayuda a la persona adicta y le ayuda a encontrar el modo de salir de éste círculo vicioso. La terapia también puede servir de apoyo a las personas de su entorno más próximo, que están “sufriendo” muy de cerca el problema y a menudo dudan sobre cómo hacerle frente.

Detrás de la adicción siempre hay una idea o creencia que es la clave, y es lo que hay que aceptar o cambiar. Conocerse a uno mismo es el primer paso para el cambio.

Si estás leyendo estas líneas, quizás ya estás tomando conciencia de que tienes un problema de adicción y de que está afectando seriamente a tu vida. Este es el primer paso hacia el cambio… lo siguiente será que empiezes a TOMAR EL CONTROL. Consulta con nuestros psicólogos en Valencia especializados en adicciones.

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